Equipos educativos del sur de Chile culminan el año fortaleciendo comunidades de bienestar

Más de 300 docentes, directivos y asistentes de la educación de La Araucanía, Biobío y Los Lagos finalizaron un proceso de formación orientado al bienestar socioemocional en sus comunidades escolares. 

Durante este año, en una iniciativa impulsada por el Ministerio de Educación y ejecutada por el Instituto de Informática Educativa de la Universidad de La Frontera (IIE UFRO), las comunidades educativas trabajaron en torno a prácticas de autocuidado, liderazgo empático y reflexión colectiva, generando transformaciones visibles en el clima escolar y en la forma de relacionarse dentro de los establecimientos.

Este cierre correspondió a las cohortes desarrolladas en el segundo semestre del plan: cohorte 1 en la región del Biobío y cohorte 2 en La Araucanía y Los Lagos.

El plan, pionero en el país, abarcó jardines infantiles, escuelas rurales, liceos técnico-profesionales y establecimientos dependientes de los Servicios Locales de Educación Pública en más de 15 comunas del sur de Chile.

El Seremi de Educación de Los Lagos, Juan Gómez Vera, destacó la relevancia de cuidar a los equipos educativos como parte esencial del fortalecimiento del sistema escolar. “Hoy es fundamental cuidar a quienes cuidan. Este trabajo conjunto con la Universidad de La Frontera y el CPEIP entrega herramientas muy necesarias para el bienestar y la salud mental de los profesores, lo que impacta directamente en una mejor educación”, señaló.

Una visión compartida por Marcela Castro, Seremi de Educación de La Araucanía, quien subrayó la importancia de continuar fortaleciendo la salud mental dentro de las escuelas: “Venimos a hacernos cargo no solo del aprendizaje de los estudiantes, sino también del bienestar de los adultos que componen las comunidades educativas. Si hay buena salud mental en los establecimientos, avanzamos hacia una mejor educación”.

Desde la mirada de quienes acompañaron el proceso, Alejandra Villarroel, especialista en salud mental del programa, destacó que el bienestar se ha convertido en un eje estructural dentro de los equipos. “El bienestar socioemocional no es un extra, es aquello que nos vuelve comunidad. Cuando la vida en la escuela tiene sentido, todo lo demás se vuelve salud”, sostuvo.

En las tres regiones, los equipos motores fueron los protagonistas de esta transformación, impulsando acciones como la creación de espacios de calma, jornadas de reflexión y estrategias de apoyo mutuo. En Biobío, por ejemplo, Maite Basauri, del Colegio Galvarino de Lomas Coloradas destacó que el acompañamiento permitió mirar la escuela desde una perspectiva más humana: “Me hizo darme cuenta de la relevancia del rol que uno cumple en el bienestar del otro dentro del entorno laboral. Como UTP puedo ser un factor protector para mis profesores, y eso es clave”.

Estas experiencias se replicaron en distintos territorios, evidenciando una convicción compartida: el bienestar se enseña, se aprende y se construye colectivamente.

Como proyección, el trabajo continuará en 2026 con el Programa de Acompañamiento para el Fortalecimiento del Bienestar Socioemocional en Comunidades Educativas, liderado por la UFRO a través de Vinculación con el Medio, con el objetivo de consolidar una cultura educativa basada en la colaboración y el cuidado mutuo.